Al considerar la necesidad de hacernos la prueba de la intolerancia a la lactosa, es importante distinguir entre la intolerancia a la lactosa y la alergia a la leche, que es una respuesta inmune anormal a las proteínas de la leche.
Ya que la intolerancia a la lactosa afecta a un 75% de la población mundial y se considera una enfermedad, es necesario un diagnóstico médico, tenemos tres pruebas para saber si somos intolerantes o no.
Test del aliento de hidrógeno
En la prueba del aliento de hidrógeno, consiste en soplar en un medidor de hidrógeno. Después de una noche de ayuno, se ingiere 50 gramos de lactosa (en una solución con agua) . La lactosa que el organismo es incapaz de absorber pasa en forma libre hacia el colon (al no haber absorción, el glúcido sigue el recorrido entérico normal).
Durante su tránsito por el intestino, las bacterias allí presentes degradan la lactosa produciendo gran cantidad de hidrógeno libre. Este gas, una vez en el intestino grueso es absorbido hasta el corriente circulatorio para ser eliminado a través de las vías respiratorias (sistema respiratorio). De este modo, cuando un sujeto que tiene intolerancia a la lactosa ingiere 50 gramos de este azúcar su excreción de hidrógeno por medio del aire espirado aumenta considerablemente tras dicha sobrecarga y durante varias horas después. Este test es un método rápido y bastante fiable para detectar la malabsorción de lactosa.
Durante su tránsito por el intestino, las bacterias allí presentes degradan la lactosa produciendo gran cantidad de hidrógeno libre. Este gas, una vez en el intestino grueso es absorbido hasta el corriente circulatorio para ser eliminado a través de las vías respiratorias (sistema respiratorio). De este modo, cuando un sujeto que tiene intolerancia a la lactosa ingiere 50 gramos de este azúcar su excreción de hidrógeno por medio del aire espirado aumenta considerablemente tras dicha sobrecarga y durante varias horas después. Este test es un método rápido y bastante fiable para detectar la malabsorción de lactosa.
Heces prueba de acidez
Esta prueba se puede utilizar para diagnosticar intolerancia a la lactosa en los bebés, a los cuales otras formas de ensayos son poco prácticos o molestos.
Biopsia intestinal
La Biopsia intestinal puede confirmar la intolerancia a la lactosa tras el descubrimiento de elevada cantidad de hidrógeno en el test del aliento de hidrógeno.
Sin embargo, dada la naturaleza invasiva de esta prueba, y la necesidad de un laboratorio altamente especializado para medir enzimas de lactasa en el tejido de la biopsia, esta prueba se utiliza casi exclusivamente en la investigación clínica.
Diagnóstico genético
Se utiliza en los casos de intolerancia por la genética humana. La persistencia de la actividad de la lactasa en adultos está asociada a la presencia de dos polimorfismos: C/T 13910 Y G/A 22018, localizados en el MCM6.9 Dichos polimorfismos se pueden detectar mediante técnicas de biología molecular en la extracción de una muestra de sangre o saliva del paciente. Existen
incluso en el mercado kits de diagnóstico genético específicos para este
fin. Este tipo de test permite obtener un diagnóstico definitivo de forma
rápida y no invasiva para el paciente.
Historia del diagnóstico
El antiguo médico griego Hipócrates (460-370 a.c. ) en primer lugar señaló molestias gastrointestinales y problemas en la piel en algunos pacientes que consumian leche; los pacientes que experimentaban los síntomas probablemente sufrian intolerancia a la lactosa.
Sin embargo, la intolerancia a la lactosa fué más ampliamente descrita por la ciencia de la medicina moderna en el siglo 20..
El sindrome fué reconocido por primera vez en los años 1950 y 1960 cuando varias organizaciones como las Naciones Unidas empezaron por primera vez a involucrarse en hambrunas sistemáticas, en países fuera de Europa. A los cuale enviaban productos lacteos.
Holzel Etal. (1959) y Durand (1959) produjeron dos de los primeros estudios de la intolerancia a la lactosa. Los occidentales durante algún tiempo no reconocían que la mayoría de los seres humanos etno-grupos genéticos no podían consumir productos lácteos durante la edad adulta.
Desde entonces, la relación entre la lactasa y la lactosa se ha investigado en ciencia y tecnología de los alimentos debido al creciente mercado de los productos lácteos entre los no europeos.
Originalmente se formuló la hipótesis de que las bacterias intestinales, tales como E. coli producian la enzima lactasa necesaria para segmentar la lactosa en sus constituyentes monosacáridos, y, por tanto, convertirse en metabolizable y digerible por el ser humano.
Nomenclatura
Según Heyman (2006), aproximadamente el 70% de la población mundial no puede tolerar la lactosa en la edad adulta. Por lo tanto, algunos argumentan que la terminología se invirtió, la intolerancia a la lactosa deberia considerarse como la norma, y los grupos minoritarios deben ser etiquetados "persistencia de la lactasa".